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miércoles, 31 de octubre de 2007

Continuación de los tiempos de escasez y modos de vida en la década de los cuarenta( de lo publicado en la revista Mareta nº 2)

Las épocas de postguerra española y comienzos de la II Guerra Mundial depararon los años más críticos en cuanto a escasez y hasta hambre, aunque la escasez, en menor grado si, pero se iría prolongando hasta iniciados los años cincuenta. Los años 1940, 1941 y 1942 fueron los más terribles y así en Galicia recibieron el nombre de “anos da fame”.
Se vivía mejor en las aldeas que en las ciudades, pues allí con sus cultivos y el aprovechamiento de sus animales tenían el problema de la alimentación resuelto, mientras que en las ciudades, no todos tenían trabajo, y los que lo tenían disfrutaban de sueldos bajos. La emigración no funcionaba; España estaba afectada por el Bloque exterior. La autarquía fue fatídica para el nivel de vida de la población urbana, y menos para la rural. Algunos tenían ocasión de hacer horas y horas extras para sobrevivir.
La comida, sobre todo en las ciudades, escaseaba o era muy cara. Faltaban los alimentos indispensables, las gachas o el boniato, sustituían a cereales y patatas. El vino y más aún el tabaco estaban muy intervenidos.
El resultado y consecuencia de las privaciones fue el hambre y, con ello, la mendicidad, la desnutrición, la mortalidad infantil, ante la inexistencia de medicinas, epidemias, tifus, tuberculosis……
La escasez de alimentos trajo el racionamiento y luego el mercado negro y el estraperlo con los alimentos de primera necesidad. Para evitarlo, se estableció entre provincias como un tipo de aduanas (fielatos) para controlar el paso de los alimentos, que luego se colocaron en la entrada de villas y ciudades.
La creación de las Fiscalías de tasas también contribuyó a la aparición del mercado negro, y así los productos de primera necesidad: pan, aceite, azúcar, patatas…elevaban sus precios a más del doble y el triple de las tasas oficiales. Se creó la CAT (Comisaría de Abastecimientos y Transportes), tanto en el sector conservero como en el agrario se fijaron cupos de entrega de la producción muy elevados, frenando la expansión productiva.
El Auxilio Social era un órgano de carácter benéfico (para ello había cuestaciones públicas). Para el pago del recibo del “plato único” se acudía a las escuelas públicas locales.
Para ingresar en Bazán, en aquellos tiempos “La Constructora” era preciso presentar un certificado de pertenencia al Frente de Juventudes. En Jubia había gentes trabajando con jóvenes en atletismo y deportes varios que expedían esos certificados a jóvenes de estos lares.
En cuanto a las chicas, la Sección Femenina expedía el trabajo de haber realizado el Servicio Social



Las cartillas de racionamiento para los productos básicos- pan, aceite, azúcar, arroz…..fueron obligatorias hasta 1953. En algunas ocasiones no había los suministros estipulados



JUAN RIOBO MALDE