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miércoles, 31 de octubre de 2007

COSAS QUE NO SALEN EN LA TELE

En estos tiempos inquietos que nos toca vivir, si hay algo que abunda es la información, tenemos muchas fuentes, periódicos, revistas, tv, internet, etc. pero también debemos saber que la información neutra, que no neutral, no existe, sólo se habla de aquello que los medios quieren que hablemos.
Traigo aquí este ejemplo de cómo, aún hoy día, se pueden cometer las mayores barbaridades sin que la opinión pública se entere, y lo que es peor que estas cosas pasan, claro que ¿- a nosotros no!. No tenemos tiempo para pensar en estas cosas.
La historia comienza una noche de hace ya mas de 40 años, mientras las gentes dormían tranquilamente.


El archipiélago Chagos es un grupo de 65 islas tropicales en el Océano Índico, que se encuentran 500 km al sur de las Maldivas. Como parte del Territorio Británico en el Océano Índico, el archipiélago es un territorio británico de ultramar.
La superficie total de las islas es de 63 km², la mayor de ellas, Diego García, tiene un área de 44 km². Hay cinco grupos principales de islas: Peros Banhos, las Islas Salomón, las Eagle Islands, las Egmont Islands y los Tres Hermanos

Derechos Humanos Política Sociedad

Islas Chagos: Se permite a isleños visitar su patria tras 40 años
afrol News, 5 de Abril de 2006 - Un grupo de 102 chagosianos que residen en Isla Mauricio y Seychelles han podido finalmente visitar su archipiélago del Océano Índico, las Islas Chagos, de donde todos fueron desahuciados en los años 60 debido a la construcción de una base militar de EEUU. Ahora el archipiélago británico es demandado por Mauricio. A los isleños se les ha concedido tres días para visitar las abandonadas aldeas y cementerios. La visita ha causado fuertes protestas por parte de varios chagosianos que residen en Gran Bretaña, a los que no se les ha invitado a participar en la histórica visita.
La historia del archipiélago de Chagos y de sus habitantes ha seguido siendo un punto negro constante en la historia de la guerra fría del Reino Unido. A través de un acuerdo secreto con EEUU, los británicos vaciaron la poco poblada colonia y desahuciaron a su población, enviándola a Isla Mauricio. EEUU tenía previsto construir su principal base militar en el Océano Índico en estas idílicas islas y no deseaban población alguna que pudiese entorpecer sus labores.Desde entonces, grupos de chagosianos desahuciados han protestado regularmente por su el trato recibido a todos los niveles. El caso ha sido llevado ante la justicia, sin éxito. La ONU y la Unión Europea no han apoyado el caso. Protestas ocasionales en Londres han dado a los isleños desahuciados una cierta atención internacional y mucha solidaridad, pero no ha sido bastante para impresionar al gobierno británico.El martes, sin embargo, el Ministerio británico de Exteriores anunció una decisión histórica. Se ha concedido a algunos chagosianos el permiso para realizar una "visita humanitaria a las Islas Chagos". Tras una gran planificación por parte de los gobiernos de Gran Bretaña y Mauricio, se consiguió que "un grupo representativo de chagosianos de Seychelles y de Isla Mauricio" acudiesen en una visita humanitaria a las islas, confirmó el ministerio británico.La isla de Boddam en las Islas Salomón es la primera que han visitado. Acompañados por un doctor y dos sacerdotes, el grupo de chagosianos participó en un acto religiosos en la iglesia de la isla abandonada desde hace décadas y sin tejado."A través de senderos en la selva los chagosianos llegaron entonces al cementerio, donde estuvieron un tiempo junto a las tumbas de sus familiares", anunció el ministerio británico. "El último acto del programa en la isla fue llevar a cabo un breve servicio dedicado al nuevo monumento situado en el embarcadero para conmemorar su visita histórica", añaden las mismas fuentes.La "visita humanitaria" ha sido organizada en común por los gobiernos de Gran Bretaña y Mauricio, en cooperación con los líderes de las comunidades de chagosianos que residen en Mauricio y Seychelles. "El papel de los gobiernos de Gran Bretaña y Mauricio es facilitar a los chagosianos el programa de actos en cada isla", informa el ministerio, añadiendo que el personal británico "proporciona solamente ayuda logística".La visita continuó ayer, cuando los chagosianos han visitado Île de Coin en Peros Banhos y finalmente, hoy visitarán la isla de Diego García. Éstas eran las tres principales islas pobladas por los chagosianos antes del desahucio. La principal isla, Diego García acoge actualmente la base militar de EEUU que todavía evita el regreso de los chagosianos.El gobierno de Mauricio ha estado presionando a Londres para una solución sobre el caso los chagosianos desahuciados desde hace años. Recibiendo a una comunidad de de aproximadamente 600 chagosianos, los isleños han mostrado una gran simpatía los últimos 38 años por la lucha de este pueblo por regresar a su tierra de origen.
El padre Mario y el padre Mongellard celebran un acto religioso en la iglesia de la plantación durante la visita en la Isla Salomón
© LA(PHOT) Terry Boughton RN
Mientras que los 102 chagosianos que salían el martes de Port Louis, Mauricio, se mostraban felices por poder volver de nuevo a sus islas, muchos más consideraban injusto el no poder disfrutar de la misma oportunidad. En Port Louis, unos 500 chagosianos despedían a los pocos seleccionados. Muchos lloraban.En Reino Unido, donde residen varios miles de chagosianos, se ha criticado el hecho de que no se ofreció a nadie una invitación para visitar el archipiélago. Esto ha causado las protestas por parte de grupos británicos de chagosianos, alegando "haber sido otra vez ignorados" por el gobierno.Según Robert Bain, de la Asociación Británica de Apoyo a Chagos, los refugiados de Chagos en Isla Mauricio mantienen que a sus compañeros británicos "se les había ofrecido participar en el viaje, cuando éste se planeó hace algunos años", explica Bain en declaraciones a afrol News. El viaje fue pospuesto varias veces y cuando los chagosianos británicos finalmente decidieron que querían ir "ya era demasiado tarde", añade.Los chagosianos en Gran Bretaña estuvieron cerca en el año 2000 de conseguir el derecho de volver a su patria dado que el Tribunal Superior de Justicia de Londres consideró que su desahucio había sido ilegal y por ello podrían regresar a sus islas. Esta esperanza, sin embargo, desapareció en 2004 cuando la Reina Isabel II firmó una orden que prohibía su regreso a las islas permanentemente. La batalla legal continúa después de que los chagosianos han solicitado una revisión judicial de la orden real.

Durante la guerra reciente en Irak muchos de los aviones que bombardeaban su capital Bagdad despegaban desde unas pequeñas islas situadas en el Pacífico. Quizás haya llegado la hora de publicar este pequeño reportaje que salió por primera vez a la luz hace ya tres años, en abril del año 2000.
La historia del Archipiélago de las Islas Chagos representa el paradigma resumido de todos los vicios acumulados en los dos últimos siglos de la humanidad: colonialismo, genocidio cultural, desastre ecológico, carrera armamentística, emigración, catástrofe humanitaria, etc. A continuación se presenta la noticia de la existencia de un pueblo olvidado.
Hace un tiempo tuve la suerte de conocer a Jhingoor Baptiste, el Portavoz en Europa del Gobierno en el Exilio del Archipiélago de las Islas Ghagos. Quizás en un primer momento me pregunté si Jhingoor se trataba de un hindú de Surinam o de Tobago, de un malayo o de un punjabí, ya que nunca antes había oído hablar de su pueblo ni había visto raza igual, dicha sea la verdad. Fue él, sin duda, el que me convenció a elaborar este reportaje, después de una celebrísima discusión alrededor del fenómeno de la globalizacion y el predominio del imperio estadounidense.
El Archipiélago de las Islas Chagos cuenta aún hoy con unas sesenta y cinco islas dispersas siendo la más conocida de ellas Diego García. Esta isla de que hablamos fue descubierta por la flota portuguesa allá en el año 1532, cuando se encontraba a medio camino de culminar la ruta del Océano Índico que unía el Viejo Continente con la ciudad de Calcuta, bordeando el continente africano por el Cabo de Buenaesperanza.
A partir de 1776, y al igual que sucediera en las islas vecinas de Madagascar, Mauricio o las Seychelles, marinos franceses se instalarían en Chagos, a la vez que influirían de forma decisiva sobre su cultura. Sólo los británicos, en 1815, tras las guerras napoleónicas, pasaron a ser los nuevos inquilinos.
La cultura de la civilización de Chagos es milenaria aunque en la actualidad parezca haber caído en el pozo más profundo de la decadencia, debido, entre otras cosas, a los efectos perversos del colonialismo europeo. Los pobladores autóctonos de Chagos son llamados “ilois” y destacan, cómo pretendemos remarcar, por su procedencia remota, siempre a medio camino entre lo africano y lo oriental. Desde que los británicos se instalaran en Diego García mediante el British Indian Ocean Territory entendieron perfectamente la posible importancia estratégica futura del peñón ocupado.
La isla de Diego García se divide en dos áreas marcadamente diferenciadas. En su parte occidental, los británicos instalaron desde un buen principio una base de tránsito para su flota naval que hoy se ha convertido en una moderna y desconocida zona de uso exclusivamente bélico en la que destacan un centro de aprovisionamiento de aviones B-52, y unas tropas que suman aproximadamente diez mil soldados en su gran mayoría estadounidenses. Y es que en 1961, el Reino Unido alquiló Diego García al Ejército de los Estados Unidos de América, por una elevada cuantía económica y un período de cincuenta años de explotación.
En el marco de la Guerra Fría, bajo tutela de la Organización del Atlántico Norte (OTAN), Diego García se convirtió en una Base de Fuerzas de Actuación Rápida (Rapid Development Forces), en una área geográficamente determinante para las próximas centurias de vida humana, más concretamente a mil quinientas cincuenta millas del sur de la península india, a medio camino entre el África Austral e Indonesia.
La parte oriental de la isla sólo puede ser accesible as través de una puerta blindada, protegida por unos soldados británicos que permiten recordar todavía cuál es la verdadera soberanía del territorio. Una vez allí, se puede apreciar un paisaje desolado compuesto por las antiguas cabañas de los indígenas ilois, hoy abandonadas, y un ecosistema en peligro extremo ocasionado por el turismo exótico de élite que se ha promovido y del cual sólo tienen conocimiento algunos multimillonarios anglófonos. El mar, otrora suave y cristalino, yace contaminado por la polución mercante.
En total, son unos seis mil los ilois que han emigrado en los últimos cuarenta años a Mauricio, mil más a las Seychelles y otros dos cientos repartidos entre las islas vecinas. El Gobierno en el Exilio del Archipiélago de las Islas Chagos reside en Port Louis, capital de Mauricio, encabezado por su presidente, Ferdinand Mandarín, a su vez asesorado por el abogado defensor de derechos humanos, Hervé Lassemillante. Mientras el Reino Unido alquilaba y vendía la isla a militares y turistas, a más de setecientos ilois les fué prohibido regresar a su tierra mediante la Immigration Act. El Presidente del Comitñe Chagosiano, el mismo Ferdinand Mardarín, protestó enérgicamente hace tres años ante una situación que no respeta ni la Declaración Universal ni la Carta Africana de Derechos Humanos. Tan sólo después de una campaña activa de protesta en la que se vieron involucrados el sistema de Naciones Unidas y la Organización de Estados Africanos, el máximo comandante de la Royal Navy en Chagos, Almirante Jackson, accedió a que los miembros del gobierno chagosiano pudieran visitar los lugares sagrados en los que reposaban durante décadas sus ancestros.
A partir de diferentes acciones de protesta en Europa y Mauricio, lugar dónde se encuentra la embajada británica más próxima a Chagos, y la aparición en algunos medios de comunicación escritos africanos (Le Mauricien), alemanes (Frankfurtes Rundschau), franceses y noruegos, a finales del año 2000 los cancilleres de asuntos exteriores alemán y británico, Joschka Fischer y Robin Cook, respectivamente, así como la propia Comisión Europea, se interesaron por las perspectivas de solución en el conflicto encubierto
Oliver Klein-Bosquet