Patrocinador

Patrocinador
Patrocinador

miércoles, 31 de octubre de 2007

EL BAUL DE LOS RECUERDOS

¿Se acuerdan de cuando eran niños? Aunque para los jóvenes de hoy, parezca que pertenecemos al jurásico, en realidad no han pasado tantos años.
A la generación de los que hoy tenemos cuarenta y tantos, nos tocó vivir años de inestabilidad, estrecheces, represión; pero la mayoría disfrutamos de una infancia feliz y fuimos adolescentes con problemas, pero también con aspiraciones y pequeños o grandes logros.
Cuando echamos la vista atrás y recordamos como nos “criamos” puede parecer imposible que hallamos llegado hasta aquí sin móviles, videojuegos, campamentos, actividades complementarias o ropa de marca.
Quién no se acuerda de “la ropa de los domingos”, que no podíamos poner un día de semana bajo pena de la gran bronca de nuestra madre.
¿Cuándo nos compraban ropa nueva? Lo clásico era estrenar el Domingo de Ramos y en las fiestas del Patrón, y eso en los mejores casos.
Y no hablemos ya de cuando pedíamos poder llegar a casa más tarde de la hora estipulada, porque entonces a las chicas nos soltaban el gran sermón de que podíamos ser tomadas por unas frescas y así crearnos una mala reputación.
No tuvimos grandes juguetes, pero pasábamos horas en la calle, al aire libre todo el día y los construíamos nosotros con los escasos medios de que disponíamos y con grandes “kilos” de imaginación. No necesitábamos “chatear” para relacionarnos, íbamos unos a casa de otros porque nosotros teníamos amigos “no virtuales” que quedábamos con ellos, salíamos jugábamos al escondite, a las bolas, al pañuelo, a la goma y a cientos de juegos que ya pasaron a la historia.
A casi ninguno nos llevaban nuestros padres al colegio porque íbamos a “llamar” a nuestros compañeros a sus casas y llegábamos en pandilla, cargados con libros en una “cartera”, no había mochilas con refuerzos o con ruedas; nos mojábamos cuando llovía y sudábamos cuando hacía calor.
Un coche en nuestra niñez era un artículo de lujo, viajar en él , una aventura y sin cinturones de seguridad, airbag, sillitas para niños ; llegar no digo más, a Coruña era para nosotros como un viaje a Eurodisney.
Y ahora evoquemos el sabor de nuestras meriendas, no somos la generación del petit suis o del bollicao pero nos metíamos entre pecho y espalda un bocata de chorizo, de tulipán o compartíamos entre varios una tableta de chocolate, que ni colesterol ni diabetes podía con nosotros.
Puesta en marcha ya la máquina de los recuerdos, cada uno de vosotros seleccionará los suyos particulares, y parecerá mentira que todos hallamos sido pequeños.
Aunque la canción dice que “cualquier tiempo pasado fue mejor”, nuestros niños de hoy serán adultos mañana y evocarán con nostalgia su niñez. Esperemos que les parezca mejor que su presente como adultos. Eso querrá decir que el “progreso social” sigue su marcha.


MONTSE R. GOLPE