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miércoles, 31 de octubre de 2007

NUESTROS MAYORES

En la revista anterior os comuniqué un pensamiento desde mi experiencia: como educar a nuestros hijos en valores para que tuvieran una vida digna.
Ahora, y en contraposición os diré la idea que tengo y que creo que será la vuestra, sobre nuestros mayores.
¿Qué lugar ocupan en nuestra sociedad?
En cada época hay unos comportamientos distintos y no se puede decir que ayer es mejor que hoy, pero, lo que nos toca vivir en estos tiempos es para hacer una breve reflexión.
Cuando hablamos de “nuestros mayores” me refiero fundamentalmente a nuestros padres que son los que están ahí, cerca y que no están porque los hayamos elegido como se elige a un amigo, no... Son los que nos dieron la vida y ésta sería la idea fundamental.
Nos han dado la vida y desde ese momento han dejado a un lado la suya para proyectarla sobre nosotros, sus hijos y así será hasta que se van, dejándonos el lugar que ellos han ocupado.
Durante los primeros años de nuestra existencia han tratado de darnos lo mejor (llegando a veces a sacrificios que no tienen medida) y lo han hecho como sabían, pensando que sería lo mejor para nosotros….
Cuando los hijos hemos llegado a la madurez ya no los necesitamos…. Están cerca, con la vida gastada y a todo lo que aspiran es a contemplar su fruto; y son felices con nuestra felicidad y sufren con nuestro sufrimiento. Esto no se acepta, porque la reacción de un hijo adulto es el rechazo a que nadie ha de interferir en su vida y es entonces cuando a nuestros padres empezamos a pasarlos a un plano al margen del nuestro con lo que les indicamos que no se metan, que vivan su vida, que cuanto más lejos mejor…y un sinfín de razonamientos para que nuestra vida la podamos desarrollar sin interferencias…. Y en este trayecto que aún están ahí, no sólo los apartamos sino que nuestra relación con ellos es de poca ternura, de reproches por aquello que en su momento no han hecho bien, de demostrar por encima de todo nuestra superioridad que a veces sólo nos la da el ser jóvenes…y de la falta de atención cuando hablan como si no estuvieran en nuestra “onda” no teniendo en cuenta sus ideas por considerarlas de otra época y por tanto desfasadas sin valorar que son tan dignas de consideración como las nuestras aunque no las compartamos porque para que nosotros tengamos una formación adecuada a los tiempos, han vivido otras generaciones que han hecho posible la evolución y el desarrollo de la sociedad.
Y….llegamos al final, cuando se ponen enfermos….¡que molesto gastar nuestro tiempo en cuidar a quien tantas noches han sacrificado su sueño para cuidarnos sin reproches!
Cuando se analiza esta cuestión podéis pensar que es muy negativa (que no ocurre así en todos los casos) pero, es que si esto no fuera así tal como lo expresamos, no tendría que analizarse porque sería lo normal, la vida compartida con los que nos la dieron, el cariño y la ternura hacia ellos que a la vez nos haría feliz a nosotros, el hacerles partícipe de nuestras vivencias, de nuestros hijos por los que sienten ese gran amor de abuelos….
Esto sería que nuestra vida discurre con la satisfacción de darse uno a los que nos han dado tanto y poder transmitirlo a nuestros hijos como un ejemplo de un valor fundamental de la vida.

M.T. PEREZ